viernes, 10 de abril de 2015

Iquique



Iquique estuvo bajo el control de Tiwanaku.

 
 
Cráneo Anunaki de Tiwanaku
 
Hallazgo del huaquero Oscar Muñoz en la abandonada salitrera de La Noria. Tamaño: 14 cm.
Pelvis y extremidades inferiores bien definidas
Extremidades superiores conservaban los dedos, cuya forma se apartaba ligeramente de las formas óseas habituales, pues metacarpianos y falanges tenían la forma más tubular (uniforme).
Columna cervical algo más prolongada para sostener un cráneo muy abultado.

Tamaño natural.
 
Informe
Se trata del cuerpo momificado con todas las características humanas propias de un feto. El cuerpo tiene una longitud de 14 cm y presenta todas estructuras y conexiones anatómicas normales en cabeza tronco y extremidades. En toda la superficie corporal muestra el tegumento propio de la piel que consolida las estructuras de partes blandas y los huesos.
En las regiones articulares la coloración es más oscura así como en general en aquellos lugares en los cuales predominan las partes blandas que se encuentran resecadas y retraídas.
En la región abdominal se evidencia la existencia de una porción de cordón umbilical.
El cráneo presenta todas las estructuras, entre las que se identifican las fontanelas lambdática y frontal.
En su conjunto, la proporcionalidad de las estructuras anatómicas (esqueléticas y de partes blandas), el grado de desarrollo de cada uno de los huesos y su configuración macroscópica, permiten interpretar, fuera de toda duda, que se trata de un feto humano momificado completamente normal.
La longitud de las clavículas es de unos 15 mm y la de los fémures de unos 20 mm. Tanto por la longitud total del cuerpo como por las longitudes de estos huesos, se puede estimar que se trata de un feto con una edad de gestación próxima a las 15 semanas (casi 4 meses).
Con respecto a la data del espécimen hay que considerar que existen zonas de tejido muy oscuras que contrastan con otras de color parduzco y por ello parece razonable estimar que no se trata de una momificación muy antigua entendiendo por ello varios centenares de años.
En cuanto a la momificación resulta sencillo explicar este proceso si tenemos presente que los fetos no tienen flora bacteriana en el tubo digestivo que es donde se inicia la putrefacción de los cadáveres, unido a la circunstancia de la pérdida de sangre como consecuencia de no haber mantenido ninguna precaución con el cordón umbilical. De este modo, la hipovolemia habría favorecido el proceso de conservación del cadáver.
A lo anterior cabe añadir otros factores externos de carácter medioambiental y climático como son la sequedad y alta temperatura que caracterizan el lugar del hallazgo que además de favorecer la momificación, aseguran su posterior conservación.
Conclusiones
Se trata de un feto momificado de unas 15 semanas de gestación.
Con el nivel de análisis realizado no nos resulta posible precisar la data del mismo aunque creemos que es más posible que su cronología sea reciente y contemporánea.
Fdo. Dr. Fco. Etxeberria Gabilondo
En Donostia, a 28 de febrero de 2007
Medicina Legal y Forense – Universidad del País Vasco

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